Baldo Martínez, gran contrabajista gallego. Lo conocí programando un acto de Difusión (Asociación Cultural en donde pasé militando mis años de facultad), sobre la catástrofe del Prestige. Dicho sea de paso, que a esta confrencia, aniversario del desastre, no acudió nadie, o casi nadie. Señal de lo poco que nos duran los sofocos a algun@s que un año antes estaban manifestándose fervientemente con un "Nunca Mais" a voz en grito; o como si aún no quedara marea negra y consecuencias de la misma...

Pero este no es el tema de mi entrada. Hoy quiero hablar de Baldo, en particular, y de la música que él hace, en general. Gracias a la proximidad vecinal, y es que este gallego de Ferrol se ha afincado en la vecina Aldea del Fresno; tenemos el lujo, el honor, de disfrutar de él de cuando en cuando. Ayer, en el Centro Cultural de Villa del Prado volvimos a vivir unos momentos únicos. Junto con Carlo Actis, un italiano graciosísimo que toca el clarinete bajo y el saxo barítono con primor, Baldo Martínez y su contrabajo forman un duo de jazz fusión absolutamente innovador y sorprendente.

Tras el descubrimiento de estos sonidos, que me parecían horrorosos (que atrevida es la ignorancia), por un compañero de la facultad y santa Radio 3, intento no desaprovechar ninguna de las ocasiones que se me brindan para ir a escuchar, a disfrutar, esta música (o cualquier otra, no nos vamos a poner escrupulosos ahora). Y si además, te encuentras con amig@s a los que hacía tiempo que no veías, tomas unas cañas y te echas unas risas, pues mucho mejor.

En honor a Baldo, a su música y a esa tierra que me gusta tanto donde he pasado muchos momentos, buenos y malos, y tengo much@s amig@s, una imagen de Finisterre para ilustrar la entrada. Un paraíso cercano a dónde ayer me desplacé gracias a un clarinete, un saxofón y un contrabajo.