Sería una osadía hacer una sinopsis de la película después de leer a Ottinger, así que no voy a hacerlo. Un día leí, en alguna parte, que los hombres las prefieren rubias, referencia filmográfica de paso, y que estaba demostrado sociológicamente que en parte esto venía condicionado por el todopoderoso Holliwood. La máquina de la socialización a través del cine, había conseguido que se asociara a las chicas malas con las mujeres morenas, y las chicas dulces y buenas con mujeres rubias; a través de este aparentemente insignificante hecho habrían conseguido ahondar en las personalidades de los varones que reproducen inconscientemente este papel.

La verdad es que no tengo claro hasta que punto esta teoría puede llegar a ser cierta o no, al fin y al cabo solo es una teoría, pero con cierta lógica. Todo esto para argumentar que tantos años de cine en donde la temática en relación a la Guerra Fría era la predominante; ayer, durante el visionado del nuevo film del sempiterno agente secreto, me era imposible dejar de pensar que el "prota" era el malo. Es decir, que aunque sabía que el bueno era Craig mi mente no podía apartar el pensamiento de - es un espía soviético, fijo -. En los silencios del principio esperaba un -camarrada- de un momento a otro.

En fin, ahora a esperar las nuevas pelis norteamericanas en donde el malo probablemente ya no tenga pinta de soviético sino más bien rasgos árabes. Al fin y al cabo la dialéctica de ejes vuelve a ser utilizada (bien y mal); y a la vista de multitud de hechos no está tan claro que la Guerra Fría sea algo desaparecido, y no me refiero a la guerra de bloques EEUU-URSS, lohago en términos de una guerra encubierta, el problema es definir de quiénes contra quiénes...