En el Aire

٢.٢.٠٧

Una de recuerdos extremeños

Covadonga me recuerda a mi infancia en su última entrada. Para mi, Mérida tiene un significado especial. Fueron muchos los años que siendo muy pequeña me llevaban a esta ciudad extremeña a pasar la Semana Santa. A mi madre, muy religiosa ella (supongo que como la madre de Covadonga), le encantaban los pasos y los nazarenos. Y yo disfrutaba, como una niña que era, con aquel espectáculo magnífico de velas alumbrando la noche, colores violáceos y tambores dolientes.
En ocasiones nos acompañaban mis tíos de Fuensalida (Toledo), con mi primo Tonechu. Siempre había alguno que nos hacía reír hasta perder las fuerzas. Como aquel día en que Michel prometió que si le tocaba la lotería iría a la procesión de rodillas. Claro que como escuchó que el de la mesa de al lado peticionaba lo mismo, lo cambió. Y dijo, pues ahora voy de rodillas si no me toca. Y ni le tocó ni fue de rodillas, ni Cristo (crucificado) que lo fundó. Pero fue motivo de cachondeíto el resto del viaje.
O como otro día que fuimos a Elvás, en Portugal. A comprar toallas, como no podía ser de otra manera. Y nos metimos en un restaurante en donde pedimos consomé y ternera en salsa. La señora nos trajo la carne, buenísima, por cierto, y luego la sopa. Evidentemente no entedíamos nada. Luego, la buena mujer nos explicó que allí era costumbre tomar primero lo que más alimentaba y posteriormente el caldo. Y se quedó tan pancha. Aunque a nosotros no nos convenció en exceso la ponencia culinaria y decidimos pasar al postre directamente.
Pero si hay algo de lo que no me olvidaré nunca es de aquel Golf blanco que nos llevaba a todos los lados. En honor a la verdad, previamente hubo un Peugeot rojo. Pero el coche que más me ha marcado, sin duda, fue aquel "serie 2", aún recuerdo la matrícula M 5924 KV. Ahora tengo el relevo en otro blanquito, mi Willy, que me recuerda mucho al golfito y lleva casi tantos viajes como aquel, y los que le esperan. Covadonga escuchaba a El Último de la Fila en su Citroën, nosotros teníamos dos cintas de cassete, una era Isabel Pantoja y la otra José Manuel Soto. Criada con eso, una tiene que ser romántica por narices!. Ahora en mi Willy llevo Radiolé o Cadena Dial (junto con la SER y RNE), aunque a veces me da el punto y pongo la Máxima.

En fin... una de recuerdos provocada por "El mundo por montera".


Imagen 1: Mérida, Teatro Romano.
Imagen 2: Nueva imagen del Golf (pero mira que está guapo, quién lo pillara...)

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Publicado por Victoria Cáceres : ٥:١٧ م : 1 Comentarios:

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