El estadounidense ganó contra pronóstico. Hasta las mascletás previstas para la celebración del Gran Premio de la Comunidad Valenciana tenían un sólo color, el amarillo. De amarillo estaban cubiertas la mayor parte de las gradas y amarillo era el color del que demostró ser un campeón sobre la moto. Mientras que Hayden se limitó a ir cómodo tras las Ducati y con Pedrosa por detrás frenando a los posibles enemigos, Rossi no quería quedarse sexto ni séptimo aunque le basstara con eso para ganar el mundial. El italiano tiró y tanto quiso alargar que se cayó... Una lástima porque dejó a más de la mitad de los aficionados huérfanos de campeón. Aún así y lejos de abandonar la carrera, Valentino volvía a pista y nos dejaba dos adelantamientos y una remontada que de no haberse quedado tan atrás tras la caída probablemente hubiera sido épica, como muchas de las que ya hemos vivido y a las que nos tiene mal acostumbrados.

Por eso es un campeón, por eso se merecía ganar este duelo. El campeón del mundo de Moto GP 2006 no tiene nada que ver con la imagen de luchador, es más bien un segundón que ha ganado el mundial por regularidad. Yo que quieren que les diga ante la disyuntiva prefiero a los luchadores.

Como Jorge Lorenzo en otros tiempos, en donde se le tachaba de demasiado agresivo, porque el domingo fue a asegurar. No le culpo, claro, es normal. Pero grande, muy grande estuvo Alex Debon que le hizo todo el trabajo sucio y frenó a Dovizioso, por si acaso...

Y en cuanto a 125 un gran campeón Alvaro Bautista, lo tenía claro, quería ganar la carrera. El talaverano lo tenía claro, se quería despedir de la categoría inferior como lo que es, el mejor de este año. Y luchó, vaya si luchó, quedó cuarto, ya que la Aprilia no corría lo suficiente, por más que los aficionados empujaramos desde la grada. Se agradece Álvaro. Y aunque el talaverano no fue el vencedor, lo fue Héctor Faubel, otro español con posibilidades en este deporte.

Así pues un Gran Premio casi completo, faltó refrendar en GP con victoria de Pedrosa de la carrera, y de Rossi del mundial, entonces hubiera sido perfecto. Sea como fuere lo pasamos bien, viajamos en moto con amigos y amigas, disfrutamos de la gastronomía valenciana más típica, conocimos a gente, disfrutamos la noche en Cheste, tuvimos unos dos días espléndidos de sol y de calor... y vimos motos muchas motos.