Palestina vuelve a la primera página de los periódicos. Y no por los muertos, eso ya no es noticia, bueno, realmente hace mucho que un muerto palestino no es noticia, a no ser que sea un terrorista de Hamás, y si no... y entra en la edad propicia para serlo... pues se dice que lo es y fuera...

A lo que iba. Ayer las fuerzas de opresión israelíes volvieron a matar, como lo hacen de hecho a diario y sistemáticamente. Ayer, le tocó a un chiquillo de 24 años, hay que ver, casi de mi edad, me dan escalofríos al pensar que pudiera ser alguno de mis amigos, conocidos... Y esto, no es la noticia de primera página, ésta es la noticia de dos líneas que aparece al lado del gran titular en donde se habla de la liberación del cooperante Vila.

Y es que han sido dos los secuestros de compatriotas nuestros en una semana. Secuestros express en donde no se les ha causado ningún daño a los capturados y desde mi punto de vista lo que se pretende, a parte del consabido pago monetario, es un poco de atención hacia la zona desde el punto de vista mediático. La repercusión del secuestro de Morenatti o la de Vila, a la que me refería al principio de "la entrada", implican la atención del público español hacia un conflicto fuertemente silenciado históricamente.

El problema es que a parte de lo deplorable del comportamiento de utilizar a seres humanos como mercancía de intercambio, es que la imagen que estos palestinos dan al mundo no es "lo deseable" si pretenden ser tratados como demócratas.

Aunque claro está, hablar de democracia cuando se vive en un ghetto, cuando violan sistemáticamente tus derechos, suponiendo que se te reconozcan y cuando no sabes si al día siguiente destrozarán tu casa, tu trabajo y en definitiva tu vida. Pues es cuanto menos irónico.

Democracia de la que presumen los israelíes en donde su presidente Katzav está acusado de violación, es decir de dictador sexual y esclavizador. Y donde el sustituto para blanquear la imagen negra que deja este señor es la de Wiesel. Éste premio Nobel de la paz que "juró no callar allí donde los seres humanos padezcan sufrimiento y humillación" y que sin embargo no considera el problema palestino como un problema. Que de hecho ni siquiera considera a los palestinos y obvia las masacres de Shabra y Chatilla, entre otras, porque considera "que lo contrario de amor no es el odio sino la indiferencia". Este señor que no cree en el sufrimiento y humillación del pueblo palestino, no considera, por ende a los palestinos como seres humanos, según interpretación de las palabras antes entrecomilladas salidas de la boca del señor Weisel. Entonces como bien leía hace apenas unas horas en Rebelion, estaríamos hablando de terminología nazi aplicada a este conflicto.

Una gota más de un vaso colmado a rebosar de estas palabras radicales, desde el ghetto, hasta el Muro (Valla de Seguridad para algunos), pasando por el exterminio del pueblo palestino, hasta la pureza de la sangre y lo que nos faltaba: LA DESHUMANIZACIÓN DEL OTRO.