Alguna vez escribí para Él. Para el amigo que invariablemente está ahí. Este quizás no sea su mejor momento; quizás. Pero estoy convencida de que va a ser para bien. Hay veces en los que uno tiene que aprender a estar sólo, a conocerse a sí mismo. Las ventajas son infinitas, y los inconvenientes nulos, comparados con la persona que tendría a su lado de haber despreciado esta opción en último término.

Amigo, una vez leí que realmente se ama a alguien cuando el amor se aparta de la necesidad. Es decir, te quiero y por eso te necesito; y no, el tan extendido, te necesito y por eso te quiero. Hacer del interés amor, en cualquiera de las formas que revista, no puede ser algo más que una cosa perjudical a la par que absurda, ya que, una vez que esa carencia no puede ser solventada, una vez que se acaba el producto ofrecido, en términos económicos, la demanda lo busca en otra parte. Así pues, una relación basada en la necesidad de satisfacción de parcelas propias no cultivadas lo suficientemente, puede derivar a la larga en fracaso.

Tanto rodeo para algo tan simple como decirte que debes estar feliz. Poner punto y final a una historia inviable en su principio y condenada al fracaso en su fin, es lo más inteligente. Aunque ya se sabe que inteligencia y sentimientos no tienen porqué ir unidos, de hecho, pocas veces suelen ir. Y, además, la gente buena, como tú, debe tener a su lado buena gente; porque se lo merecen, como tú.

Lo tienes todo para encontrar a esa persona que te hará alegrarte de haber dejado atrás toda esta historia. El sufrimiento no puede ser un motivo para seguir estando ahí. Eso es obsesión, orgullo, llámalo x, pero nunca amor. Puedes estar seguro de que el paso que das es el mejor de los pasos y que a partir de este momento la situación no está en sus manos, sino en las tuyas...