Con resaca motera a las espaldas, y algún que otro sueño de menos encaro este martes, en lo que es la continuación de tres de los mejores días de cada año. Éste de 2007, me tocó bajar en coche, porque "el trueno azul" está roto.

Lo mejor, como siempre la compañía. La gente de el Motoclub Villa del Prado, que es el mío; tan geniales como de costumbre. Hubo tiempo para ver motos, para salir de juerga, para hacer compras e incluso alguna que otra caída, eso sí, el que "volcó" lo hizo sin moto. Cosas del alcohol....

Respecto a la organización en el circuito, mucho mejor que otros años. El año pasado dijimos que no volveríamos este año, y lo incumplimos, claro, precisamente por las malas condiciones de los accesos. A día de hoy puedo decir que se ha mejorado en eso. Pero aún queda mucho por pulir para que tenga la calidad organizativa de otros como por ejemplo el de Cheste en el GP de Valencia. Aún así, insisto, se está trabajando en el buen camino.

¿Lo malo? Que la noche jerezana no es lo que era. "El pasillo" en el centro de la ciudad ha sido desplazado a los alrededores en dónde se hace de forma ilegal y peligrosa. Una vez más el vandalismo de unos pocos hace que paguemos justos por pecadores, y que se nos tache de gamberros al colectivo motero en general.

Perdón ¿he dicho lo malo? Para malo, malo, malíiiiiiiiiiiisimo el speaker. Que tío más cansino (chicas del motoclub, lo prometido es deuda, y había que contarlo).

En cuanto a las carreras mucha emoción en 250cc. y ojo a Álvaro Bautista. El gran olvidado de nuestros campeones se va a ganar a pulso que resuene su nombre en la pista. Y la afición, además, está con él. Pudimos comprobarlo. En 125 cc. a la espera estamos todos de un firme relevo del Talaverano. Y en Moto GP más de lo mismo, del mejor, de Rossi. Valentino, intratable, nos dejó sin emoción; quería ganar por goleada en la Meca y casi gana la liga de paso.