Enredada en la maraña de una existencia difícil. La vida se recubre infinitas veces de amargor. Dulcificación expresa cara al público y malversación de sonrisas propias. Encarando con resignación un futuro en ciernes, al que todo el mundo le ha puesto precio, sin saber que el valor que le otorgan es falso. Auxilios inexistentes, mientras que la galería piensa que no es así. Combatir contra apariencias que desacreditan mi lucha. Usar armas propias que, sin embargo, el resto de mortales cree prestadas. Fenecer en el campo de batalla, viendo como otros soldados cuelgan en sus escotes medallas usurpadas. Acusada de victimismo; imputada por no haber querido ser quién quisieron que fuera; condenada por unos cargos que no se explica; esta noche la libertad se le antoja encarnada en unos brazos.