En el Aire

١١.٨.٠٨

Del género político



De paseo matutino por los blogs, me encuentro que Noelia ha publicado, primero de un nuevo trabajo, del que ya tenía constancia pero que espero me desgrane todos los detalles lo antes posible. Y segundo, de las cosas de su pueblo... Un pueblo, pequeño como ella misma dice pero no exento de polémicas políticas

Se puede decir que yo no llegué a la política porque yo siempre he estado dentro. Fue mi abuela y su impetú en contarme historias de la Guerra Civil las que me llevaron a interesarme por este apasionante mundo. Recuerdo con nitidez la caída del Muro de Berlín, y eso que apenas contaba con 6 años de edad. Importantes políticos de aquellas épocas, conocía sus nombres y sus particularidades; supongo que como muchos de mis compañeros de carrera nos fijábamos en cosas que a los ojos de los niños podrían parecer aburridas o simplemente no parecer


En la retina mucho dolor de los duros años en los que ETA asestaba golpes a diestro y siniestro por toda la geografía española. Años en los que viajar a Madrid siempre implicaba un pequeño riesgo, o al menos, no podía dejar de encogérsete el corazón si pasabas por alguna calle del llamado "triángulo de la muerte". Cruentos años que nos han marcado a tod@s


Lo cierto es que desde el sentimiento inculcado por mi abuela, evolucioné gracias a la lectura y al conocimiento de la otra parte de la historia. Yo siempre digo que había ido por un túnel oscuro en el que sólo había una puerta, y al llegar al final, se descubrieron dos ante mis ojos, y elegí la que más se adecuaba a mi forma de pensar y de vivir

Una elección que supuso un choque para aquellas personas que pensaban que me dedicaría a la política sí, pero de otro tono... Hubiera sido lo más fácil, probablemente, pero no el camino más fácil o más cómodo es siempre el mejor camino. Descubrise a una misma forma parte de la vida misma, y entender que lejos de las trincheras las ideas que más se adecúan a mi vida estaban en el otro camino, fue una decisión tomada con seriedad

Hoy por hoy el idealismo en política es una entelequia, algo de lo que nadie está convencido, más bien al revés, de lo que todos están decepcionados... Pero llevado como convencimiento puede ser un buen aliciente para no dejar el barco dónde un día decidí montarme y seguir adelante aunque las cosas que vean mis ojos y escuchan mis oídos, superen el terreno de la irrealidad y convierta en escoria maloliente el supuesto "bien común". Siendo para mi este, el fin último de toda política, y no pudiendo entender otros fines de la misma, aún menos si son oscuros

Quizás mi incursión en la política municipal haya emborronado un poco la imagen de "hacer para los demás"; pero no por convicciones sino por acciones no precisamente propias. Me da mucha pena que esto sea así... ¡ay ilusa! me dicen voces día tras día... Seguro que lo soy, pero prefiero ser una idealista ilusa, que una realista vencida por el peso de la inercia de las cosas
¿Quién no ha deseado cambiar el mundo?






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Publicado por Victoria Cáceres : ١٠:٤٠ ص : 4 Comentarios:

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